La Unidad Popular, 1970-1973.
Con el triunfo electoral de Salvador Allende en 1970, se pretende desarraigar del país el capitalismo e iniciar una experiencia histórica de signo socialista. En el programa del nuevo gobierno se habla de instalar un nuevo Estado con “una Asamblea del Pueblo como órgano superior del poder”, encargada de elegir el Poder Judicial. En lo económico, se propone establecer tres áreas: social, privada y mixta, según si los capitales fueran sólo del Estado, privados y del Estado combinados con de particulares. En la práctica, el área social, que contemplaba la estatización de más de noventa empresas de carácter estratégico, termina ampliándose desmesuradamente, en desmedro de las áreas privada y mixta de la economía. En cuanto a lo cultural, durante el gobierno de Allende se trató de mejorar las condiciones de alfabetización del país, masificar la enseñanza, mejorar los niveles educacionales básicos y dar acceso a la cultura a los sectores populares postergados. Para lograr este cometido, se editaron masivamente libros económicos por medio de la editorial Quimantú, con un énfasis en la literatura social. También resultaron comunes los actos culturales masivos, donde se interpretaba música de contenido social y político, interpretándose canciones de Víctor Jara, Violeta Parra, Quilapayún, Inti Illimani y los Jaivas.
A partir de 1973, se atenúa notablemente el tono social y político de la literatura y de la música, promoviéndose actividades culturales más tradicionales, que permitan consolidar valores de identidad y pertenencia histórica. Con ese objetivo, se divulgó el folclore, por medio de actuaciones del Ballet Folclórico Nacional (Bafona).El fracaso de esta experiencia socialista en Chile, por la incapacidad del gobierno de defender el Estado de Derecho, explica la llegada de los militares a la Moneda en 1973.
El gobierno militar, 1973-1990.
El gobierno militar, encabezado por el general Augusto Pinochet, se propuso restarle influencia al Estado en lo económico, como había sido característico desde el primer gobierno de Ibáñez (1927-1931), traspasando esa responsabilidad a los particulares. Desde entonces no será el Estado, sino el mercado, el que determine el precio de los productos e incluso de los sueldo, con el objetivo de frenar el proceso inflacionario, problema que había resultado insoluble para los anteriores gobiernos.
La bonanza económica anterior a la crisis de comienzos de los ochenta ochenta, permitió contar con grandes producciones extranjeras en la lírica, desarrollar el ballet nacional y una mayor creación literaria. En el ámbito intelectual y científico, se experimenta un importante crecimiento con el establecimiento de CONYCIT, que fomentó la investigación mediante la financiación de proyectos científico y tecnológicos. Por efecto de este proceso modernizador, de signo neo-liberal,, la imagen tradicional del Chile campesino, con un fuerte sentido de familia, tiende a debilitarse. La modernización impulsada por el proyecto neo-liberal es asumida por amplios sectores de la sociedad, incluso por los partidos de izquierda y la democracia cristiana, que controlan el gobierno a partir de 1990.
Gobiernos de la concertación, 1990-200?
De ahí que hoy nos encontremos en una etapa de la evolución de Chile en que, según algunos, “la internacionalización y globalización de la economía”, aparecen como hechos inevitables. Sin embargo, tampoco faltan aquellos que ven al neo-liberalismo como un modelo impuesto, ajeno a la realidad nacional, que pone en peligro los valores nacionales, injusto respecto de los sectores más pobres de la población, excesivamente materialista y, como tal, atentatorio a los valores del espíritu
A partir de 1990, el Estado se encarga de recoger inquietudes y canalizar proyectos que, por lo general, rompen con los cánones tradicionales. En un intento de mostrarse neutral, el Estado admite la diversidad promoviendo una tolerancia y apertura en los planos más amplios de la sociedad, admitiendo propuestas “culturales” sin que existan necesariamente soportes de calidad y valores.
Por otra parte, se vuelve a los espectáculos masivos, a las Fiestas Culturales, los Encuentros Sociales, como una forma de integración cultural abierta a todos.
Por último, la divulgación del cable y la instantaneidad de noticias e imágenes se convierte en uno de los pilares de esta nueva concepción de la cultura. En este contexto de cambios rápidos y fuertes, el país se cuestiona sobre la necesidad de una Institucionalidad Cultural, se busca potenciar la descentralización sacando el eje cultural de Santiago a provincias, se fomenta temas referidos al patrimonio, la creación de nuevos espacios, la restauración, la identidad y la presencia de Chile en el contexto de un mundo global.
No hay comentarios:
Publicar un comentario