Palabras de despedida... en espera de un nuevo regreso.

Estimados (as) alumnos /as):

Un nuevo año académico ha llegado a su fin y con ello surgen las primeras reflexiones del ayer, de lo vivido, de lo crecido durante el año. Las preguntas copan los espacios de nuestra mente, el mismo corazón, plantea interrogantes. Las respuestas no tardan en llegar, pero el silencio, también se asoma. Para todo existe una explicación, el azar no es un argumento, todo lo que nos pasó durante el año que termina, dependió, para bien o para mal, casi exclusivamente de nosotros mismos. Los 70 que se sacaron los consiguieron ustedes por su esfuerzo, lo mismo que las malas notas (las notas bajas no se las saca el profe). Todo tiene una relación de causalidad, es decir, de causa- efecto, la suerte No existe, al menos, no aparece sino la ayudamos a diario.

Particularmente, les puedo dejar aquí, escrito en este humilde blog, que nació en beneficio de ustedes, mi satisfacción personal por la evolución profesional que experimenté este año, sin dejar de lado la faceta humana que es primordial a mi entender, para llevar una buena relación con mis alumnos en el proceso de enseñanza- aprendizaje; y más allá, en el proceso de convivir nuestras historias, e interactuar con otros tus emociones, tus sentimientos, tus ideas, y no sólo tus conocimientos. Y es eso, fundamentalmente, lo que más me satisface al escribir estas últimas líneas, porque la vocación, es decir, la motivación que te despierta lo que haces, este año llenó todos mis espacios como profesor, y hoy más que siempre, puedo decir que es lo que más me llena y me hace feliz. Creo que he descubierto a mis 28 años que este es mi camino para el resto de la vida, y aunque las andanzas a veces sean por senderos pedregosos; no obstante, la meta final, retribuye sin lugar a dudas todas las penurias, los esfuerzos o las barreras que se interpongan tras su consecución. El fin, ciertamente, justifica los medios para este caso. Sencillamente, mi espíritu se halla rejuvenecido por la labor cumplida, porque es más lo que recibo a diario de lo que entrego, y eso no tiene precio (para todo lo demás, Mastercard...- broma-).

En fin, termino felicitando a todos por igual, a aquellos que lograron sus propósitos y a aquéllos que no, no porque no distinga el valor que tiene conseguir las metas, sólo porque pienso que en los tiempos actuales, es difícil ser joven, porque las tentaciones son muchas como para descuidar el estudio, como asimismo, y de manera principal, porque vivimos en tiempos difíciles, en una sociedad complicada de digerir, con los valores trastocados y donde la competencia, el consumo y la exterioridad de las cosas, son más valoradas que las expresiones más puras del alma humana. Por ello, todo quien se levante a diario a combatir en esta selva de cemento de naturaleza impersonal, para mí ya es un ganador. Y si alguien les cuestiona sus logros o les pide más de lo que dan, quizás esa persona está en lo cierto; pero nunca olviden que los cambios deben partir porque nosotros mismos tenemos el convencimiento de que podemos hacer mejor las cosas, las metas son propias, pues la cinta de la meta, sólo la ve el protagonista de la carrera... y la vida es suya, de nadie más... y como tal, deben vivirla tan dignamente como puedan, pero no "a tontas y a locas", pues ella, es una carrera larga de maratón, y exige de mucha constancia para llegar al final... y ciertamente, caerán una, dos, decenas de veces, pero imperioso es seguir, porque quien se levanta de sus caídas, por múltiples que sean, y vuelve a ponerse de pie, no ha vivido en vano.

Saludos mis alumnos, y piensen que tras estas líneas hay un profesor, pero por sobretodo una persona, que se lleva dentro del corazón, una parte de cada uno de ustedes, sin distinciones.

Cuídense y sigan la regla "hagan el bien sin mirar a quien".

Los estimo mucho.

Con afecto, Juan Luis Carreras M.

Alias "Cachilupi".

Pd: Nos volveremos a ver?????... no lo sé, si no vamos al oftalmólogo!